Seguro que alguna vez te has hecho esta pregunta mientras mirabas la torre pc de tu ordenador de sobremesa… ¿podría poner también dos discos duros en mi portátil?
Esa sería una solución fantástica para conseguir mejorar el rendimiento de tu laptop de manera definitiva. ¿Te imaginas poder doblar la capacidad de almacenamiento? También podrías dividir tanto la instalación del sistema operativo de tu portátil como algunas aplicaciones que consumen más recursos, e incluso dejar uno de ellos como disco de arranque del sistema y que el otro realizara el resto de la actividad. ¡Iría como un cohete!
Lamentablemente, aunque ya lo intuirás, tenemos que decirte que tu portátil no soporta la instalación interior de un segundo disco duro. Son equipos compactos que por su propia filosofía aprovechan al máximo todo el espacio disponible en la carcasa para el hardware que necesitan: disco duro, RAM, tarjeta gráfica, ventiladores, sonido, etc… La instalación de dos o más discos duros en un mismo equipo sólo puede realizarse en pc de sobremesa.

Y en aquellos ordenadores más antiguos o que pudieran tener una configuración compleja a este respecto, la solución para ampliar su capacidad es la misma que vamos a proponerte si lo que quieres es mejorar el rendimiento de tu ordenador, ya sea de sobremesa o portátil. Instalar un disco duro externo.
Dicho lo cual, lo que sí debes saber es que existen infinidad de modelos de discos duros portátiles en el mercado, que puedes conectar a tu equipo a través de cualquiera de sus puertos USB (lo ideal es que sean versiones 3.0 en adelante, por su mayor velocidad de transmisión de datos).
La mayoría son discos ligeros, de gran capacidad y pequeño tamaño (aunque también existen ‘estaciones’ de muchísima más potencia y capacidad para instalaciones más exigentes de tipo profesional).
En tu caso, como usuario, lo más sencillo es encontrar un disco duro portátil que te asegure ese ‘extra’ de almacenamiento que necesitas para desahogar tu equipo actual. Lo que le pedimos a un disco duro externo, básicamente es, además de las ventajas de su portabilidad, que nos dé más capacidad, que sea fácil de usar (plug and play, como tiene que ser), y una buena velocidad.

A la hora de escoger, tendrás que pensarte también si lo prefieres HDD (mecánicos y, por tanto, algo más lentos), o SSD (sólidos y por tanto más rápidos). Hasta no hace mucho, la diferencia de precio entre ambas opciones era muy señalada, pero en los últimos años se ha reducido mucho, aunque siguen siendo más caros los SSD.
En cuanto a capacidad, los actuales y que encontrarás en muchos stores informáticos y portales de tecnología, están en una horquilla de 128-256 GB hasta 2TB los SSD, y de 1 a 4 TB en adelante los HDD.