Si vas a viajar próximamente y tienes pensado llevarte tu portátil contigo… recuerda que no siempre fue así y que tu comodidad de hoy fue el trabajo duro de mucha gente de ayer…
Una de las principales motivaciones para la aparición de los ordenadores portátiles en el último cuarto del siglo XX (1968) fue precisamente el abrir la posibilidad de viajar con un equipo a cualquier parte.
Obviamente los primeros no eran lo suficientemente ligeros como para ser transportados con comodidad, y sus ventajas se reducían, teóricamente, a la posibilidad de moverlos de un lugar a otro en maletas especiales para usarlos fuera de una oficina o empresa. Aquellos dispositivos pesaban en torno a los 20 kilos y no llegaron a ser comercializados para el gran público. 
El primer prototipo, fabricado por Xerox y denominado NoteTaker, concentraba la más avanzada tecnología de la época, con una pantalla de 7 pulgadas, a la que acompañaban una CPU a 1 Mhz, una unidad de disquete y un ratón. Apenas contaba con 256 Kilobytes de RAM. Se calcula que su coste habría estado en torno a los 50.000 dólares.
10 años más tarde, en 1978, llegaba al mercado el Osborne 1, fabricado por Adan Osborne y Lee Felsenstein. Se parecía bastante más a lo que hoy entendemos como ordenador portátil, pero seguía siendo mucho más grande y pesado (13 kg) que los que hoy conocemos. Seguía siendo un ordenador ‘transportable’, más que portátil.
No fue hasta la década de los 90 cuando la miniaturización de los componentes permitió no sólo reducir el peso de todo el conjunto, sino asimilar sus funciones y características a las de los ordenadores PC, ya por entonces bastante evolucionados.
Como sabes, desde entonces su evolución ha sido imparable y los ordenadores portátiles actuales, como la gama Primux Ioxbook K15, han alcanzado una notable combinación de ligereza, comodidad, resistencia de materiales y avances tecnológicos. Eso los convierte en potentísimas máquinas de computación que, además, les permiten acompañarnos en cualquier circunstancia y a cualquier lugar.

Si eres usuario habitual de portátil, sabes de lo que estamos hablando. Trabajar durante horas, navegar por la red, visualizar vídeos, películas o juegos de altísima definición… esa es la nueva portabilidad. Cuando uno se acostumbra a ellos, todo nos parece posible, así que viajar de aquí para allá siempre con nosotros es ya una costumbre más que un uso esporádico.
Si vas a viajar con tu ordenador portátil, recuerda estos breves consejos:

- Transpórtalo siempre en fundas a medida del modelo o, mejor aún, en mochilas acolchadas con compartimentos ad hoc para que el equipo no sufra con el transporte, los golpes o los cambios de temperatura.
- Si viajas en avión, recuerda que al pasar por las cintas de seguridad tendrás que sacarlo y depositarlo en una bandeja para su inspección. Por tanto, no lo guardes en tu maleta, sino en tu equipaje de mano.
- Si por cualquier motivo lo vas a facturar dentro del equipaje que irá en bodega, protégelo todo lo posible (mejor con su propia funda), y con el suficiente espacio dentro del equipaje como para que no vaya presionado por objetos rígidos durante el viaje.
- En tus desplazamientos, no lo pierdas nunca de vista. Cada vez son más pequeños y ligeros, lo que facilita que los ‘amigos de lo ajeno’ lo tengan más fácil para ‘distraerlo’ sin apenas llamar la atención.
- No te olvides el cable de carga o viajarás con una piedra en lugar de con tu ordenador ;)